Desplazarse sentado no es gatear

En los grupos en los que participo suelo encontrar una confusión bastante habitual que es la de considerar que hay diferentes tipos de gateo y especialmente que arrastrarse sentado (culear) es gatear.


Consideramos gateo cuándo es sobre 4 puntos de apoyo, es decir, las manos y las rodillas, el tronco está elevado y se realiza de forma contralateral, utilizando brazo y pierna contraria.

El gateo es beneficioso, en cambio otras formas de desplazarse pueden no serlo de la misma forma.
Sobre los beneficios del gateo ya escribí aquí y también podéis encontrar información en mi libro Criando.
Que el gateo sea beneficioso no quiere decir que sea “milagroso”, sino que todo el camino que hay hasta llegar a él y el que se desarrolla después también es importante.

Para poder acompañar todo este camino hay que confiar en las capacidades del bebé, este, si se siente acompañado por un adulto que le quiere y le cuida y se encuentra en un entorno adecuado, va a descubrir su cuerpo, sus capacidades y gracias a su deseo y motivación podrá ir descubriendo las diferentes posturas y formas de desplazamiento.

Durante este camino, el adulto, no coloca al bebe en posturas que no alcanza por sí mismo, no se le sienta, no se le coloca de pie, no le da las manitas para andar... y por supuesto, no utiliza aparatos como tacatacas asientos, cojines... para que se mantengan sentados.

Cuando confiamos en el bebé y permitimos que se mueva libremente y sin nuestra interferencia, aparece el volteo, el reptado, el gateo o se sientan, se ponen de pie, andan de forma lateral con apoyo y finalmente adquieren la marcha. Todo este camino es importante puesto que el desarrollo motor y el desarrollo cerebral van de la mano, el bebé desarrolla su inteligencia a través del movimiento activo y cada etapa del desarrollo motor se apoya en la anterior, por lo que en el futuro necesitará lo adquirido en las etapas anteriores de su vida (Muchas dificultades de aprendizaje se deben a no haber experimentado en la etapa del suelo de una forma adecuada).

¿Y por qué algunos bebés se desplazan sentados?

“Culear” no es gatear

Cuando el bebé se mueve sentado se está desplazando, se está moviendo, pero no está gateando.

Jorge Ferre Veciana, en su libro Ceroatr3s, explica: “el “culeteo” (…) es un movimiento que rompe el equilibrio biomecánico de la columna vertebral y empobrece la constitución de la espalda, la cadera, y el fémur. El niño que “culetea” dirige demasiado pronto la visión al infinito y no puede desarrollar correctamente la binocularidad y la capacidad de enfoque...”
Este mismo autor considera el “culeteo”, el “conejo” y el gateo con piernas asimétricas “formas anómalas de desplazamiento.”

¿Y entonces por qué tantos niños se desplazan sentados?

Un bebé para aprender a sentarse por sí mismo lo tiene que hacer desde el suelo, es decir, que tumbado boca abajo se coloque en la postura de gateo y siga hacia atrás hasta sentarse, o bien, tumbado en el suelo, gire de medio lado, estire un brazo y se siente (sedestación oblicua) es decir, para sentarse siempre parte de la postura de estar en el suelo.

Cuando un bebé se sienta por sí mismo ya ha pasado por la postura de gateo o está a punto de pasar por ella, no encontramos niños que se sienten por sí mismos que se les haya respetado su movimiento y que no hayan “estado en el suelo” o “no les guste”, “no aguanten”… porque es imposible llegar a esa postura sin hacerlo desde el suelo.


Lo que solemos encontrar cuando un bebé se desplaza sentado (culetea) es que ha sido intervenido, es decir, que el adulto lo ha sentado.

Cuando un niño no llega por sí mismo a una postura es muy difícil que sepa salir de ella, por lo tanto, a un niño que lo han sentado le resulta muy difícil bajar al suelo y comenzar a gatear o reptar. Lo que le queda al bebé que le “han enseñado a sentarse” para poderse desplazar y seguir descubriendo el espacio, es arrastrarse desde la postura en la que le han dejado, es decir sentado.


Todos los niños gatean
Todos conocemos a niños que no han gateado, muchos de nosotros, no lo hemos hecho; pero la pregunta sería:
¿Se les han dado las oportunidades para que puedan hacerlo? 

Emmi Pikler realizó un estudio con 722 niños asentando las bases del movimiento libre, los 722 niños de su estudio gatearon. 
 
Lo que nos dicen las investigaciones hasta nuestros días es que cuando ofrecemos las condiciones para que el niño se mueva, es decir, se siente acompañado por un adulto que está con él en el suelo, se le prepara un ambiente adecuado, no se le coloca en aparatos que interfieran en su movimiento (como son las hamacas, los parques porque marcan un límite visual, los tacatacas, saltadores...)no se le coloca en posturas que no ha alcanzado por sí mismos y el niño no tiene ningún tipo de problema (como algún reflejo primitivo inhibido o un problema de visión) el niño sigue un desarrollo armónico y atraviesa las diferentes fases del desarrollo motor.

Laura Estremera Bayod

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Ferré, J; Ferré, M. (2005) Ceroatres, desarrollo neuro – senso – psicomotriz de los 3 primeros años de vida. 
Pikler, E. (1984) Moverse en libertad: desarrollo de la motricidad global. Narcea.